DÍA
INTERNACIONAL DEL LIBRO
"Un buen libro es el mejor de los amigos, lo mismo hoy
que siempre" (Rubén Darío)
El día internacional del libro es promulgado por la UNESCO, que la empezó a promulgar por primera vez en 1995. Se celebra cada 23 de abril desde 1996 en varios países.
Su objetivo es fomentar la lectura, las industrias editoriales y la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
El día 23 de abril fue elegido como Día del Libro, pues corresponde al fallecimiento de los escritores MIGUEL DE CERVANTES y WILLIAM SHAKESPEARE en
la misma fecha en el año 1616 (aunque realmente no es así: Cervantes
falleció el 22 y fue enterrado el 23, mientras que Shakespeare murió el
23 de abril.
Club de Lectores: Rafael María Baralt .
"E.B.N Gral. Isaías Medina Angarita"
LEER
AYUDA A VIVIR EN PLENITUD…
“Vivir,
sin duda, es más importante que leer, pero leer ayuda a vivir en plenitud,
contribuye a hacer la vida más hermosa, más amplia, más generosa. Leer es
también una forma de vivir, cuando de las lecturas extraemos las ideas que
auxilian nuestra acción y que, enriqueciendo nuestra experiencia, la hacen más
eficaz y más valiosa.
Es
necesario decir a los jóvenes que precisan vivir, vivir a plenitud la época en
que han nacido, pero sin olvidar que en los libros se encuentran ideas para una
vida más rica y más llena de contenido humano” ( Maestro Luis Beltrán Prieto
Figueroa)
Haz clic sobre la imagen, y disfruta del mundo de la literatura...
IMPORTANCIA DE LA LECTURA PARA EL NIÑO Y PARA EL ADULTO:
1. Enriquece al niño en
todos los aspectos de su persona: desde lo intelectual a lo afectivo, lo
emocional, lo íntimo, lo onírico e incluso lo irreal.
2. La literatura es una
fuente enriquecedora por el valor artístico que en ella adquiere el lenguaje.
3. Le prepara para la
lectura de aprendizaje: si el niño disfruta de las fantásticas aventuras
que se esconden en la Literatura Infantil también será capaz de estudiar
con suficiente atención teoremas y teorías, ideas e ideologías,
historias y filosofías que estén en otra onda a la de sus gustos, sus intereses
y sus motivaciones.
4. Aporta un amplísimo
horizonte de fantasía y sueños, una estimulante mezcla de conjuros mágicos que
permiten abrir mil puertas y descubrir infinitos mundos.
5. Hace al lector flotar,
reír, soñar, descubrir, acercarse a lo lejano en el tiempo y en el espacio,
ponerse en la piel de otras personas, sufrir con ellas, alegrarse con sus
éxitos, emocionarse con sus descubrimientos…
6. Le ayuda a entender y
en parte a solucionar sus problemas psicológicos y afectivos (miedos,
complejos, celos...). No podemos esperar que la literatura haga milagros y
retire las piedras del camino vital de nuestros hijos, pero sí le permitirán
serenar su frustración o su pena demostrándoles que no está solo, que lo que
le ocurre es natural, que hay otros muchos niños que pasan por sus
avatares.
7. Despierta su
imaginación, su fantasía y potencia su creatividad: si le ofrecemos libros como La historia interminable (Ende), El manual de monstruos domésticos (Marijanovic) o El erizo de mar (Iela Mari), no sólo
gozarán sino que potenciarán los músculos de su imaginación.
8. Favorece el desarrollo
de su espíritu crítico y de su capacidad de razonar, provocando y orientando la
reflexión y el cultivo de la inteligencia.
9. Aviva su sentido
estético y su capacidad de apreciar y disfrutar de lo bello.
10. Contribuye a su
crecimiento en libertad: en la medida en que le dejemos elegir sus
lecturas y en la medida en que la oferta que pongamos a su alcance sea plural
en los enfoques, las estéticas, las épocas, los conflictos y los caracteres y
reacciones de los personajes.
11. Leer estimula las
capacidades lingüísticas:
Enriquece el vocabulario y el uso de las estructuras del idioma
y, en consecuencia, desarrolla la capacidad de expresión, tanto oral como
escrita.
·
Perfecciona el conocimiento ortográfico: al ver la forma
correcta de escribir cada palabra, su cerebro, inconscientemente, se impregna
de información que luego le permitirá ser más certero al escribir.
·
Se familiariza, poco a poco, con las estructuras propias de los
diferentes géneros y estilos literarios. Por ejemplo, siempre que una lectura
comience por «érase una vez…» sabrá que está abriendo el tarro de las esencias
de un hermoso cuento y se situará ante él con una predisposición muy diferente
a la que le invitará un texto estructurado en líneas cortas (versos), porque
adivinará que está introduciéndose en un poema.
12. A través de la
narración o lectura en voz alta, se potencia la capacidad de escucha, que amplía
la atención y es tan importante en toda comunicación.
13. Las lecturas
compartidas estrechan los lazos afectivos y favorecen la expresión espontánea
de los sentimientos y las emociones.
14. Los cuentos nos
enseñan sobre la condición humana: descubrimos el valor de la generosidad, la
justicia, la esperanza. Pero también el odio, la ruindad, la violencia, la
injusticia. Por eso debemos ofrecer libros con personajes bien perfilados, con
caracteres coherentes, con comportamientos y personalidades variadas, no sólo
«buena gente», porque en la vida real el niño
encontrará de todo y la literatura puede ayudarle a relacionarse.
encontrará de todo y la literatura puede ayudarle a relacionarse.
15. El niño amplía su
mundo interior, adquiere conocimientos de todo tipo (no sólo intelectuales,
también morales y afectivos). Si los libros a los que se va asomando son
atractivos y satisfacen sus deseos íntimos (sean estos recreativos, cognitivos
o sociales), se favorecerá su gusto por conocer, descubrir y profundizar en la
lectura para obtener nuevas prebendas.
16. El libro acerca al
niño el mundo de los adultos, le muestra sus estructuras, sus
convencionalismos, sus valores y contravalores, sus hipocresías e
incoherencias, y le sirve como estímulo para crecer en lo íntimo, en lo
afectivo y en lo intelectual.
17. Se desarrolla la
memoria, porque el lenguaje artístico despierta, una y otra vez, las imágenes
que se van atesorando en la memoria y que producen un deleite al espíritu.
18. Afianza el proceso de
madurez a través del desarrollo de la autonomía intelectual del niño, por lo
que se convierten en garantía de la libertad personal del lector que puede
manejar la historia a su antojo y en función de sus necesidades intelectuales y
afectivas.
19. El libro es un
fabuloso instrumento para una permanente formación intelectual, moral, afectiva
y estética del niño.
20. Aumenta la lógica, al
presentar sucesión de ideas, encadenadas con coherencia tanto en lo temporal,
en lo espacial y lo narrativo.
21. Facilita la
comunicación: cuando el libro toca al niño, cuando se acomoda en su interior
dejando un poso de efectividad (intelectual o afectiva), corre a compartirlo
con un ser querido.
22. Posibilita la
desinhibición: muchos niños tienen problemas relacionales que se traducen en
inseguridad, dependencia del adulto, incomunicación y, en casos extremos,
agresividad. La lectura les puede ayudar a desinhibirse, al menos interiormente
y eso les permitirá liberar parte de su frustración.
23. Ayuda a descubrir los
propios sentimientos: en ocasiones el niño no termina de identificar o aceptar
sus sentimientos; sabe que le está pasando algo, que en su interior crece el
desasosiego o la euforia y se siente confuso porque son emociones novedosas.
Incluso puede suceder que el niño haya recibido una educación excesivamente
restrictiva y punitiva y eso le mueva a «satanizar» esos sentimientos
emergentes. La lectura le puede ayudar a entenderse y a aceptar lo que hierve
en su interior.
24. Acentúa el gusto por
estar solo: aunque defendemos las lecturas compartidas como intercambio de
nutrición afectiva, reconocemos que la peculiaridad intrínseca de la lectura
es su condición de solitaria. Lo natural es leer a solas con uno
mismo, buscando la postura, la ubicación, la disposición emocional, intelectual
y física deseada, huyendo de todo aquello que turbe nuestro recogimiento
interior y que vaya a impedir nuestro disfrute absoluto. Si el niño logra
abstraerse del mundo que le rodea con un libro en las manos es porque está
navegando a miles de leguas de aquí, porque el libro ha logrado ayudarle a
trascender el espacio y el tiempo.
25. Fomenta el ocio creativo
y constructivo: uno de los dramas de nuestras sociedades urbanas es que los
niños y jóvenes cada vez encuentran menos espacios para desarrollar su ocio. El
empeño de los padres en que aprendan de todo (kárate, inglés, informática,
ballet, danzas orientales, piano…) y la vergonzosa presión de los deberes
escolares incitan al niño a amuermarse y ralentizar sus actividades libres en
busca de un poco de sosiego. Los libros pueden abrir una ventana por la que
penetre algo de creatividad y que despierte nuevos intereses y aficiones.